Lugar de nacimiento: Savannah, Georgia (EE.UU.)

Destiny Reeves fue iniciada como Philodox a temprana edad, dentro de un túmulo urbano decadente del sur de Estados Unidos. Desde joven mostró un juicio frío y una sensibilidad particular para percibir las consecuencias a largo plazo de los actos. Esta habilidad la hizo valiosa para los Moradores del Cristal, quienes la formaron como negociadora y mediadora en conflictos inter-clan.

Sin embargo, tras una misión fallida en la costa este, fue reclutada por la Fundación Nuevo Futuro, donde aceptó trabajar como observadora interna a cambio de información sobre su hermana desaparecida. Fue asignada al Proyecto Ícaro en Europa, bajo la falsa promesa de ejercer control ético. Allí conoció a Aya Kunter, doctora turca con la que terminó formando una pareja profunda aunque no oficializada.

Aya, mucho más idealista, vio en Destiny un contrapeso duro pero justo. Durante los años siguientes, ambas trabajaron juntas en la supervisión de niños transformados, hasta que llegó Ekim Ertuğrul (Iota), cuya mirada oscura y rebeldía silenciosa desarmaron lentamente a Destiny. Aunque al principio lo consideró solo otro expediente, pronto empezó a verlo como una víctima que merecía algo más que encierro o programación.

Cuando el laboratorio fue atacado en enero de 2005 y Aya murió intentando proteger al niño, Destiny lo arriesgó todo. Robó un respirador portátil, arrastró el cuerpo semiinconsciente de Iota por un pasillo en llamas, y desapareció con él entre los bosques de la frontera rumano-serbia. Desde entonces, ha asumido un papel ambiguo: protectora, prófuga, y en muchos aspectos, madre adoptiva forzada de una criatura que la desprecia tanto como la necesita.

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